Todas las emociones son importantes, pues sin tristeza no habría alegría. Además la tristeza nos hace reflexionar y aprender de los errores. No debemos extirpar las emociones, sino educarlas para saber usarlas de forma adecuada.
Nuestro cerebro se divide en tres partes; el cerebro de reptil, el sistema límbico y el neocórtex. Hablando evolutivamente, las partes más profundas son las más antiguas, mientras que la más reciente es el neocórtex, pues es la más externa.
El cerebro de reptil se ocupa de las funciones más básicas y las funciones automáticas. El sistema límbico constituye nuestra parte afectiva. La amígdala es su parte más importante, pues es el centro las emociones. El neocórtex aporta la parte racional a nuestras decisiones. Sin él no existirían la ciencia, las matemáticas, el arte, la filosofía...
Es importante una buena inteligencia emocional. Esta se compone de: autoconciencia emocional, manejo de las emociones, motivación, empatía y habilidad social. Controlando estos cinco puntos conseguiremos un buen nivel de inteligencia emocional, y, por tanto, más éxito en nuestras vidas.

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