La semana pasada hicimos el test de las manchas, sí, ese que vemos en las películas y tal. Tuvimos que interpretar diez láminas, las primeras en blanco y negro, después a color.
Era un test muy difuso, cada uno interpretó la imagen a su manera, aunque, siempre había respuestas compartidas, como fue el caso de una mancha que parecía un animal alado, en esta lámina todos vimos lo mismo. De ser al contrario, no ver un pájaro, sería posiblemente una señal patológica.
Nuestra interpretación de las diferentes manchas es una interpretación de nuestro pensamiento. En cada interpretación dejamos una parte de nosotros, de nuestra interioridad, nuestra personalidad.
El tiempo de reacción, el número de respuestas, las respuestas en blanco, las respuestas humanas, las de detalle o las globales, etc son aspectos a analizar para llegar a una conclusión sobre el test.
Por ejemplo, las respuestas en blanco o el rechazo absoluto a algunas láminas pueden indicar esquizofrenia.
El test de las manchas, o test de Rorschach está compuesto por diez láminas que miden la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones, la capacidad de integrar los impulsos y emociones, las relaciones interpersonales, la sexualidad, nuestra resistencia a la autoridad, la organización, etc.
Las respuestas de cooperación son siempre positivas, pues muestran la capacidad empática del individuo y su cooperación con su entorno.
Parece una tontería, pero este test nos puede ayudar mucho a analizar nuestra personalidad. Y sobretodo, a ver si tenemos una percepción acertada de la realidad o una falsa interpretación de las cosas.